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Hace más de 3000 años en Asia y 300 años en Europa, los médicos llegaron a una misma conclusión: estamos sanos porque nuestra energía de vida o fuerza vital circula adecuadamente por nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu.
Nos enfermamos cuando la energía de la vida no circula, se atasca, se congestiona. Y pueden entonces atacarnos virus, bacterias, trastornos inmunes, cáncer, además de emociones negativas, depresión, rabia, celos, ideas suicidas y todo lo que conocemos como enfermedades.
Con esta premisa tan sencilla se desarrolló toda una visión de la salud y la enfermedad, la medicina de la energía, el CHI, como se conoce en Acupuntura o la Fuerza Vital, como se le llama en Homeopatía.
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