DEPRESIÓN: DIAGNÓSTICO Y MANEJO ENERGÉTICO
Depresión es una patología muy común en nuestra sociedad moderna. Ocho de cada cien personas están deprimidas o toman medicamentos para la depresión. Es la segunda causa de baja laboral en España. Las recaídas después de un tratamiento, si que son importantes, pues 30 de cada 100 pacientes recae en los primeros tres meses y la mitad recae en los siguientes dos años. Tradicionalmente, las mujeres sufren el doble de depresión que los hombres, pero actualmente, se van acercando: un 55% de mujeres y un 45% de hombres. Se considera aún que la mitad de pacientes está sin diagnosticar.
Los síntomas son conocidos: tristeza, sensación de impotencia, pérdida de interés en el trabajo, las relaciones personales, la vida en general. Las situaciones pueden avanzar a crisis de ansiedad, con intentos autolíticos (intentos de suicidio), en los casos más extremos. El paciente presenta síntomas asociados como insomnio, migraña, perdida de la líbido, aumento de peso. Lo que tratamos mas comúnmente en medicina es la llamada Depresión Mayor o aguda, que es la conocida por todos. Pero también se hace distinción entre depresión crónica (distimia), depresión atípica, el trastorno disfórico premenstrual y el trastorno afectivo estacional, típico de invierno o en países nórdicos.
La depresión puede estar enmascarada como crisis de ansiedad, con taquicardia, dificultad para respirar, sensación de opresión en la garganta, en el pecho o en la boca del estomago. Y el tratamiento mas común es combinar ansiolíticos con antidepresivos, por que es la única forma de controlar lo síntomas.
Se sabe que en muchos pacientes existe una alteración de la hormona serotonina, la llamada hormona de la felicidad, pero no es una condición específica, por lo que actualmente no se puede usar la serotonina como marcador biológico: No se puede sacar una analítica de sangre a un paciente y medir sus niveles de serotonina y decirle si tiene depresión o no!!
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