Un paciente, se mejorará al usar una medicina homeopática, porque esta lleva información a su sistema celular para que este actúe: tal como lo haría un programa nuevo de ordenador que te ayuda a hacer una nueva tarea que antes no podías hacer por no tener la información.
El cuerpo, a través de las células y su ADN, que es quien codifica dicha nueva información, aprende entonces a manejar la situación que le estaba causando una enfermedad, desprendiéndose así de atascos físicos o emocionales, lo que nosotros llamamos “capas de cebolla”.
Clásicamente, se han descrito dichas “capas de cebolla”, que corresponden a síntomas mentales en las siguientes áreas:
- La relación consigo mismo
- La relación con una pareja
- La relación de trabajo y la familia
- El manejo de relaciones de mando sobre otras personas
- La creatividad
- La intuición, los fenómenos mentales
- La relación con una vida contemplativa, la búsqueda espiritual.
Podemos comprender entonces que la homeopatía, en su nivel más alto de curación, entiende la enfermedad como una oportunidad de corregir una vibración errónea en nuestro sistema energético; es como una señal de alarma del cuerpo, que expresa un disturbio en nuestra energía vital, de una manera diferente para cada uno y si el homeópata es capaz de entender este código que el paciente esta expresando, podrá enviar la información correcta a nuestro sistema de comunicación celular y conseguir recuperar nuestro equilibrio energético.
Para resumir, Cualquier patología de ámbito ginecológico o del embarazo, son susceptibles de ser tratadas con Homeopatía y Acupuntura. Acupuntura sobre todo en enfermedades que cursen con dolor. Si la enfermedad o el paciente son sencillos, la curación es sencilla. Generalmente, los casos son complejos, ocultos, secretos, y es labor detectivesca encontrar la clave de cada paciente, para una vez descifrado el código, enviar el remedio homeopático con la información correcta para recuperar el equilibrio y la salud.
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